El nombre “Mi lado Delfín”, no se debe a que sea nadadora, aunque me encanta el mar y disfruto de ir a él, verlo y escucharlo es para mí algo maravilloso, reconfortante y satisfactorio; su fuerza, empuje, persistencia; su energía y fortaleza alimentan y estimulan mi espíritu luchador.
Me arrogo el derecho de compartir el nombre con estos dulces y bellos cetáceos, porque tenemos algo en común, ellos, más que otros, representan la amistad del hombre con los animales, y yo soy eso, soy amigable; y porque, además de ello, su mención me evoca muy gratos recuerdos vividos en un Centro de Diversiones que lleva su nombre.
Casino los Delfines es aquel lugar al que ahora asisto con frecuencia Al principio iba a regañadientes ya que lo hacía prácticamente obligada por mi madre; digo obligada por que la tenía que llevar y recoger a la hora que ella deseaba, hasta que llamo mi atención ver tantas señoras -algunas más jóvenes que ella, otras de su misma edad y no muchas mayores-, y caballeros contados con los dedos de la mano- e hizo, después de años, que llegara a acostumbrarme y comprender que eso era lo que ella deseaba y gustaba; ahora, y habiendo ya ella partido, ir a él me evoca los gratos momentos de cariño, amistad y entretenimiento que compartí con ella en su senectud.
¿Cuál fue el motivo para darle a un Slot Machine y/o Casino un nombre tan particular y sugestivo?, ….… solo los dueños lo sabrán.
Por mi parte he querido buscar no sólo un nombre sino un artículo diferente y quizás original para el tema, “La Creatividad” pues muchas personas no admiten ni dicen que son jugadoras, he logrado aceptar después de mucho batallar y creo que fue motivado por el curso que en estos momentos estoy llevando.
Los Delfines, casino al cual voy casi diariamente y al que mi madre fue durante 12 años, como dije antes, le fui tomando cariño poco a poco, por ella y no por el juego en si.
Sobre mi afición seamos sinceros, ¿Gano? Si, no mucho es cierto ¿Pierdo? También, pero no los miles que suelen perder muchos de los clientes asiduos, porque negar lo, que para todo jugador es una realidad; pero por otro lado me reconforta haber ganado, no digamos que mucho, un sorteo y recibir unos dolaritos… hummm, realmente no saben qué bien se siente cuando uno es EL ganador. Pero perder, es algo poco agradable, sentir que la máquina te quitó o comió -palabra común del lenguaje del jugador- eso sí es feo.
Hay, días que salgo sin remordimientos, como hay días en que juro y perjuro no regresar, cosa que nunca cumplo ya que llegadas las 17.00 horas siento una campanita que me llama e inquieta, iniciando la pelea entre mi YO bueno y mi YO jugador, paso minutos largos en ella para ver si pasa la hora apetecible, si llegan las 18.00 horas logro vencer al comején, pero cuando no, agarro mis cosas y, con lo que tengo en el bolsillo, salgo directo a la Oficina -como así lo llamo. Llegar allá es como ir a mi casa, soy conocida tanto por el portero como por la administradora, amigas por doquier, somos una familia, las anfitrionas saben que me gusta o que no, los chicos del bar siempre listos para servirme lo que deseo, ni qué decir de las administradoras o jefas de sala, todas están con la mejor sonrisa y la mejor disposición para ayudarnos a… perder??????
Quiero dejar en claro que soy jugadora más no ludópata, hay una gran diferencia entre ambas, yo no llego al vicio de perder todo lo que tengo, ni jugar lo que voy a pagar, llevo lo justo y necesario como para darme un GUSTO y un esparcimiento, me pongo a conversar con las personas, nos reímos de nuestra buena o mala suerte, gritamos de emoción cuando uno de nosotros revienta una máquina o sale sorteada, uno se disipa y pasa un rato agradable, por otro lado, es cierto, hay muchos quienes si son ludópatas y son conocidos, ellos, no son amigables, se concentran en el juego o en la máquina y les molesta las personas que les ofrece una sonrisa o aquellas que observan su juego, eso creo, es la gran diferencia y lo que me hace diferente al ludópata. Muchas veces mi esposo es quien me acompaña, casi a regañadientes, y lo más curioso, él gana más que yo… cosas del azahar… así es la vida.